MORIR NO ES TAN FÁCIL, Belinda Bauer
Lo peor que te puede pasar cuando quieres crear un personaje es intentar hacerlo cercano y entrañable y que resulte antipático hasta decir basta. Pues bien, eso es lo que sucede con el protagonista de Morir no es tan fácil , un chico autista y con síndrome de Savant, que resulta repelente y eso lastra todo el transcurso del libro, que no es malo, por otra parte, si exceptuamos este detalle y el hecho de que tiene un final caótico y delirante. Clavarla como hizo Mark Haddon con El curioso incidente del perro a medianoche no debe ser nada sencillo. El argumento, a priori, puede resultar interesante: Patrick Ford, un chico autista que tiene un trauma desde que vio cómo atropellaban a su padre, deja la casa materna en un pueblecito de Gales para irse a la ciudad a estudiar anatomía. Pero pronto descubrirá que los cadáveres que están analizando esconden secretos. Hasta ahí bien, pero el problema la trama va avanzando a trompicones y sin aprovechar el potencial que pr...