BAJO EL ÁRBOL DE LOS TORAYA, Philippe Claudel

¿Cómo puede ser que una novelita que no pasa de las 200 páginas, sin apenas trama, sin argumento, y en la que no pasa prácticamente nada resulte ser uno de los mejores libros que he leído últimamente? Respuesta: Porque Philippe Claudel escribe de fábula. Y tras la genial Almas grises y la brutal El informe Brodeck (con el paréntesis de la irregular La nieta del Sr. Linh, pero se lo perdonamos), Claudel la ha vuelto a clavar. Bajo el árbol de los toraya nos presenta a un director de cine que acaba de perder a su amigo del alma y productor de sus películas. En las primeras páginas podría parecer un relato autobiográfico ya que Claudel es, a su vez, director de cine, pero poco a poco, y mediante flashbacks, vamos conociendo la intensa amistad que unía a director y productor a la vez que el protagonista va tomando cuerpo a través de sus historias sentimentales; una con una joven vecina y otra con su ex y confidente. Y ya está. No hay más. Eso es todo, que no es ...