EL LECTOR DEL TREN DE LAS 6:27, J.P. Didierlaurent
Seguro que alguna vez os habréis topado con un libro que os ha parecido tremendamente original en sus primeras páginas. Y seguís adelante con interés por eso de "a ver por dónde va evolucionando esto". Pues eso es lo que me pasó con El lector del tren de las 6:27 de Jean-Paul Didierlaurent. El problema es que esa sensación se fue diluyendo poco a poco al ir pasando las páginas. Una lástima.
Y es que parece que el autor no pueda controlar toda la originalidad que propone. Narrada con un ritmo ágil, la novela nos presenta a un joven gris y solitario de nombre imposible que cada mañana, en el tren que le lleva al trabajo, lee el fragmento de un libro en voz alta. Poco a poco vamos sabiendo más del protagonista, de su curioso trabajo (lo mejor del libro, una intrahistoria muy potente) y de una variopinta galería de personajes que se van cruzando con él. Hasta ahí muy bien. El problema es que cada personaje tiene su historia y que el autor intenta desarrollarlas todas, perdiéndose la buena trama que prometía al principio y convirtiendo la novela en una colección de vidas cruzadas más o menos enlazadas por el hilo conductor del protagonista. Pero en su conjunto se trata de una novelita original, divertida y recomendable para los que disfrutaron con libros como La Elegancia del Erizo de Muriel Barbery o como La vida instrucciones de uso de Perec por ejemplo, aunque a este último no le llegue ni a la solapa.
La novela, primera del autor tras varias colecciones de relatos, ha sido un exitazo editorial en Francia, se ha traducido a 25 idiomas y ya se prepara la adaptación cinematográfica correspondiente. Estaremos atentos.
Habrá que darle una leída.
ResponderEliminarLos autores franceses vienen pegando fuerte últimamente.